Las etiquetas pueden decirnos mucho sobre un alimento:

  • Deben mostrar su nombre y descripción
  • los ingredientes y fecha en la que debe ser consumido.

Además, la Directiva de la Unión Europea ha marcado unas normas en un formato estándar sobre el contenido nutricional de productos alimenticios con dos fines:

1º Adopción de medidas con vistas a un mercado sin fronteras.

2º Proteger la salud de los consumidores a través de una buena elección basada en el conocimiento de principios básicos de nutrición y un etiquetado con información nutricional.

De esta forma, los alimentos envasados o empaquetados presentan las cantidades de energía y nutrientes del producto en su etiqueta. La información sigue dos tipos de formato: —

  • «Los 4 grandes» (Big 4): da información sobre energía, proteína, hidratos de carbono y grasa. — «Los 4 grandes» más
  • «Los 4 pequeños» (Little 4): se refiere a los anteriores, más ácidos grasos saturados, azúcares, fibra y sodio.

Las cantidades de cada nutriente deben referirse a 100 g ó 100 ml y, a veces, por ración o por paquete o envase.

La información sobre el contenido de minerales y vitaminas también puede aparecer en la etiqueta si el producto contiene por lo menos el 15% de las ingestas recomendadas diarias del nutriente.

La información nutricional completa obliga especialmente cuando se hace algún tipo de alegación nutricional en la etiqueta del producto, por ejemplo «bajo en grasa» o «alto en hierro».

Hay estudios que muestran que los consumidores tienen con frecuencia dificultad para interpretar el etiquetado nutricional. Por tanto, parece que, a pesar de la ventaja que representa el etiquetado nutricional, es necesario una educación nutricional que ayude a entender una información que va hacer posible una buena elección al comprar los alimentos.