Leche de avena
favorece la flora intestinal, es saciante, tiene y ayuda a reducir el colesterol, entre otras muchas. Además, la avena es el cereal más equilibrado nutricionalmente por su gran aporte de carbohidratos, grasas y proteínas. También es rico en vitaminas del grupo B, contiene hierro, calcio, sodio, potasio, fósforo, magnesio, omega 6, cobre, cinc, oligoelementos y avenina, un alcaloide que tiene efecto calmante.
- La noche anterior dejamos 100g de copos de avena en un recipiente con agua, basta con que esté completamente cubierta.
- Al día siguiente colamos la avena y la echamos en una batidora o robot de cocina
- Agregamos el agua poco a poco de un litro de agua mineral total o dejándola en la densidad que te guste añadiendo más agua
- Batimos durante 2 minutos. La dejamos reposar durante 1 hora.
- Colamos la leche de avena con una gasa, tela o con un colador muy fino para separar el líquido de los restos de copos de avena.
- Volvemos a colar 2 ó 3 veces más para eliminar los restos por completo.
- Guardar en la nevera
Puedes endulzarla con dátiles que se triturán desde el principio y aromatizarla con vainilla o canela así como ralladura de limón que se añadirá al final de la elaboración.