Azúcar cocido

MATERIAL Y MAQUINARIA NECESARIA

1 cazo, 1 pincel, 1 espátula o espumadera, 1 cuenco con agua, 1 termómetro de azúcar.

INTRODUCCIÓN

Es una preparación tan utilizada como los almíbares, por lo que su preparación hace falta conocerla bien.

A diferencia de los almíbares cuya base es el litro de agua, aquí la base es el azúcar, al cual añadimos 1/3 de su peso en agua un 30 a 40% para disolverlo.

El azúcar cocido es una solución de azúcar más o menos deshidratada por evaporación de agua durante la cocción que da una concentración que va desde el azúcar candí 1350 D hasta la caramelización de actuar después de la fusión de este.

La cocción del azúcar es una operación delicada que exige ciertas precauciones. Sea cual sea su utilización, el resultado de la preparación de la receta en la cual entra un azúcar cocido dependerá con frecuencia de este.

El azúcar se cuece siempre tomando las mismas precauciones, cualquiera que sea el grado de cocción que queramos alcanzar

El recipiente tradicional para cocer el azúcar es el cobre

PREPARACIÓN

Con 300 ó 400g de agua se pone 1kg de azúcar en trozos, grano o cristal también se pueden utilizar glucosa, ácido

Todos los utensilios que se utilicen para la cocción del azúcar deben estar muy limpios desde el pincel hasta el termómetro especialmente si se trata de cocciones delicadas como azúcar para glaseado, azúcar de decoración

El azúcar cocido no tiene una fórmula única, dependiendo de las utilizaciones, será un azúcar puro como la sacarosa o un azúcar más glucosa o una azúcar más un ácido con el fin de realizar una hidrólisis, en cualquier caso, elegir un buen azúcar, limpio, libre de polvo.

Es preferible el azúcar cristal al azúcar en polvo o el azúcar en trozos que suele estar todavía más limpio.

El agua que se utilice para pesar o medir la glucosa, para lavar el cazo, o para disolver el azúcar debe ser igualmente pura, así como la prevista para lavar el azúcar para lavar el azúcar durante la cocción.

El cazo que se utilice debe dar cabida holgadamente al azúcar al azúcar que queramos cocer, el azúcar bien disuelto tiene que llegar hasta los 2/3 de la altura del cazo.

También se puede cocer en pequeñas cantidades, en este caso, conviene extremar las precauciones, puesto que el azúcar cuece muy deprisa y la temperatura es difícil de controlar y quizás se pueda sobrepasar e incluso caramelizar y quemar el azúcar.

Par utilizar bien el termómetro en buenas condiciones es necesario que la altura del azúcar dentro del cazo sea de 3 cm, ya que el hierro encierra el mercurio y no alcanza el líquido hasta los 3 cm.

Es necesario tener preparado un recipiente con agua fría muy limpia, lleno hasta los 2/3 junto al fuego y al cazo que contiene el azúcar para cocer, en el se meten todos los materiales como el termómetro, espumadera, pincel, siempre muy limpios.

Este recipiente será más grande que el cazo donde cuece el azúcar, lo que permitirá detener la cocción del azúcar cuado nos interese, sumergiendo el fondo del cazo en el agua fría, cuando se alcanza el grado de cocción que se desea.

 

DESARROLLO DE LA TÉCNICA

Se pone en el cazo limpio el agua y luego el azúcar.

Se remueve con la espátula o espumadera antes de que empiece a hervir, sobre un fuego vivo, cuya llama no sobrepase el fondo del cazo.

Remover de vez en cuando al principio de la cocción, con el fin de favorecer la correcta disolución del azúcar.

Cocerá muy lentamente

Se limpian los bordes interiores del cazo, sobre los cuales no deben aparecer cristales de azúcar.

Vigilar el comienzo de la ebullición, sucede que el azúcar sube al comenzar la ebullición, como le sucede a la leche, esta es la reacción de ínfimos trazos de carbonato cálcico  que han quedado en el azúcar con las impurezas contenidas en este.

La espuma blanca que se forma por esta reacción se atenúa y desaparece, entonces queda un resto gris que es el resultado de la precipitación y que se tiene que retirar con la ayuda de un pincel o de la espumadera previamente remojada en frío.

Volver hacerlo varias veces si es necesario lavando cada vez el utensilio utilizado en agua limpia hasta que el azúcar esté completamente limpio. Recordando que esta operación se denomina “lavar el azúcar”.

También se lavará el interior del cazo o paredes con el pincel remojado con el fin de evitar que se produzca cualquier tipo de cristalización que pudiera concentrar el azúcar o hacer que se formen gránulos.

Una vez que el azúcar esté perfectamente limpio

Poner el termómetro

Lavar las paredes tantas veces como sea necesario.

Con el fin de evitara una cristalización y de no tener que lavar tantas veces las paredes del cazo, también se puede cubrir el cazo con una tapadera o con un plato.

Es necesario vigilar la cocción con el fin de no sobrepasar la temperatura deseada.

DESCOCER EL AZÚCAR

Es posible volver hacia atrás, añadiendo agua limpia al azúcar cocido, que es a lo que se denomina descocer el azúcar.

En estos casos es necesario volver a cocer el azúcar hasta volver a alcanzar el grado necesario.

Lo único que no podemos rectificar en la cocción de un azúcar es el color que pudiera haber tomado, ya que el exceso de cocción no puede perderlo al descocerlo.

INTERRUPCIÓN DE LA COCCIÓN

Se disminuye el fuego al final de la cocción durante los últimos cinco últimos grados en los que tarda de 2 a 3 minutos, lo que permitirá controlar y dominar mejor la cocción

Se humedece el fondo del cazo, en cuanto se haya alcanzado el grado de cocción deseada, en cuenco o barre de agua fría utilizado para lavar el azúcar, lo que impide  que el azúcar sigua cociendo y suba de temperatura o tome color.

El azúcar cocido debe ser utilizado prácticamente siempre, inmediatamente después de ser preparado.

En ciertos caos se puede volver a calentar como en el caso del glaseado, pero se tiene que fundir a fuego suave o en el horno, sino, el azúcar empieza a ponerse cada vez más oscuro, e incluso inutilizable.